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Entrevista a Federico Galanterni, director de “Casita de Muñecas”


Conversamos con Federico Galanterni, director de Casita de muñecas, emprendimiento de origen argentino dedicado a la fabricación y comercialización de muñecas o bebotes, y que se han destacado por su diseño realista y carácter inclusivo.

Él nos cuenta acerca de su ingreso a la industria del juguete, también nos brinda sus impresiones acerca del negocio y de su importancia en el desarrollo social de los niños, y con el que su bebote, #Oli, ha marcado un hito dentro de la fabricación de muñecas en Latinomérica.


Un gusto conversar contigo Federico, coméntanos ¿Qué es “Casitas de muñecas”?

“Casita de muñecas” es una marca dedicada a la fabricación de muñecas o bebotes de apariencia real, todos nuestros modelos tienen distintos rasgos y gestos que se asemejan muchísimo a los bebés reales, algunos están sonriendo, otros están enojados y así. Arrancamos hace 7 años, aunque la fábrica ya existía hace varios años, yo recién entré al negocio con este proyecto. Nos dimos cuenta que la oferta de muñecas, al menos en nuestro país, era básicamente la misma, así que encontramos un nicho no explorado y creamos la marca, iniciamos con 2 o 3 modelos y actualmente tenemos alrededor de 80.

Se puede decir que hora eres un juguetero ¿Te acostumbraste ya al vértigo de las 2 fechas punta y la estacionalidad tan característica del negocio?

Lo que tenemos es una empresa familiar de juguetes que inició mi padre hace casi ya 60 años, yo me incorporé hace 7 años, precisamente con “Casita de muñecas”, por lo que en realidad siempre los juguetes estuvieron presentes. La industria del juguete es muy particular, antes, cuando estaba afuera de ella, conversaba con mi padre y le daba mis consejos o mi visión del mercado; he administrado otras empresas, pero de ahí a la realidad de esta industria en particular, hay una gran diferencia. Pero fue así que entré al negocio, fui aprendiendo, y efectivamente es tremendamente estacional, solo en dos fechas se vende casi el 90% de la producción anual, esto es un desafío constante para nosotros que estamos en la industria, buscar la manera de que todo el año se pueda comercializar y vender juguetes.

¿Crees que tu negocio, por su misma naturaleza diversa e inclusiva y por el hecho de no manejar licencias, puede enfrentar mejor la estacionalidad?

Yo creo que sí, la licencia es un mundo particular en la que se enfoca mucho en una película o serie de moda, pero pasada la vigencia de ella, cae el furor y caen las ventas. Nosotros al tener un producto que no maneja licencias nos permite comercializar todo el año independientemente de una moda generada por una película o una serie.

Una de las características de esta empresa es la creación de muñecas o bebotes de aspecto muy realistas y con un catálogo muy diverso. Hay muñecas afroamericanas, asiáticas, etc. Hay una muy interesante que, aunque no tiene los rasgos, si usa un vestuario claramente andino (Anahí/Yacu).

Sí, como dices, no tanto en los rasgos, pero sí en la vestimenta, en realidad dentro de toda la variedad que tenemos apostamos mucho al tema de la inclusión de diferentes rasgos raciales y también de condiciones determinadas, hace poco lanzamos una muñeca con un implante coclear que permite oír a las personas hipoacústicas, trabajamos muy fuerte en el tema de la inclusión tratando de que nuestras muñecas sea una herramienta para el debate en las familias o en la escuela.

Y por supuesto, está “Oli”, que, si no me equivoco, es la primera muñeca producida en Latinoamérica con características físicas del Síndrome de Down

No lo podría asegurar, aunque es casi seguro que sí, en todo caso es de las pocas que hay en el mundo. De ser cierto, bienvenido sea, y que sirva para que otras empresas jugueteras tomen esta iniciativa y puedan crear una línea con estas características.

Oli, el bebote de Casita de muñecas que muestra las características físicas del Síndrome de Down

Tienes una historia muy bonita sobre cómo es que se animan a crear a “Oli”, cuéntanos por favor.

Oli fue la piedra fundamental o el primer paso que dimos en este camino hacia la diversidad y la inclusión, surge de una anécdota, nosotros ya veníamos haciendo las muñecas de apariencia real, y en una ocasión se me acerca un señor que me comenta que cierto día le preguntó a una nena con Síndrome de Down si le gustaban las muñecas y ella le contestó que no, porque no había ninguna que se pareciera a ella. Cuando me contó eso me hizo ver que hay una realidad en la que existe un gran grupo de personas que no se ven representadas en lo que estamos haciendo, entonces enseguida pensé en darle una respuesta a esta nena y a todas las personas con esta condición. Elaboré un proyecto que presenté a ASDRA (Asociación de Síndrome de Down de la República Argentina) y enseguida lo aceptaron, lo tomaron como propio, trabajamos en conjunto y con su asesoramiento pudimos crear a Oli.

Como ya nos has contado, los niños con Síndrome de Down buscan a Oli porque se sienten identificados. ¿Los niños que no tienen esta condición también la solicitan?

Sí, seguro, no es una muñeca exclusiva para personas con Síndrome de Down, es un modelo disponible y solicitado por cualquier persona, así como los más de 80 modelos que tenemos. Te comento, para el lanzamiento de Oli preparamos un evento muy importante; al día siguiente, luego de la presentación, le di a mi hija una muñeca Oli para que la lleve a su escuela, esto generó una charla muy constructiva entre los chicos y la maestra, se informaron de qué trataba el Síndrome de Down e incluso, en los chats de los padres, se comenzó a hablar de ello, para mí esto es una herramienta para poner en debate el tema.

La idea es que Oli, aunque signifique mucho para nuestra empresa y aunque sea tan representativa para la marca, sea en realidad para los chicos una muñeca más dentro de su universo lúdico, nosotros somos todos diferentes y lo que tenemos que hacer es aprender a vivir ente nosotros aceptando nuestras diferencias, es lo que queremos reflejar con nuestras muñecas.

Eli, el bebote con implante coclear incluido

¿Han tenido contacto formal con la comunidad educativa?

Sí, tuvimos una experiencia en la que nos convocaron en una ciudad en la Argentina y en la que nos propusieron regalar 100 muñecas Oli para 100 jardines de infantes con el objetivo que sean herramientas educativas e iniciar una charla constructiva sobre el Síndrome de Down con los chicos. Fue una experiencia puntual y muy positiva.

Nuestra sociedad está en constantes cambios, y los juguetes son siempre un reflejo de estos cambios, existe una tendencia a fomentar el juego plural ¿Cómo evalúas esa situación en nuestra región? ¿Ves resistencia a estos cambios?

Seguro que sí, incluso acá en Argentina hay lugares más conservadores que otros y todavía hay alguna resistencia, pero todo es una construcción y se va armando poco a poco, nosotros aportamos nuestro pequeño grano de arena en esta construcción, y sería bueno que otras empresas jugueteras tomen esta iniciativa, sobre todo porque apuntamos a un público formado por pequeños y es donde está el futuro, si los chicos lo tienen aprendido entonces tendremos un futuro promisorio. El juego plural es un cambio que la sociedad misma está pidiendo, nuestra sociedad está cambiando así que me parece que cada uno, desde su lugar, deberíamos aportar para hacer un mundo un poco más justo.

¿Todo el proceso de fabricación se realiza en Argentina?

Lo nuestro es 100% industria nacional, y es ciertamente un desafío, pero nada, convencido que desde Latinoamérica también se puede fabricar y bien. Claro, se habla de los productos fabricados e importados de China o España como referentes en la fabricación de muñecas, pero soy un convencido de que, desde Latinoamérica, y particularmente desde Argentina, se puede fabricar con mucha calidad y en ese sentido voy y por eso peleo.


En breve estoy viajando a Ecuador y Perú como misión comercial para ver la posibilidad de importar nuestras muñecas a estos países

Federico Galanterni


Tus muñecas no tienen empaque ¿Cuál es el motivo?

Nuestras muñecas no usan empaque, la idea es que estén en contacto directo con el comprador, que los padres las puedan tocar, sentir la buena calidad del plástico y la tela, y que los pequeños las puedan abrazar y tener ese primer contacto. No fue fácil, fue trabajoso… en realidad lo sigue siendo, convencer a los jugueteros que están acostumbrados a los juguetes dentro de una caja o detrás de un blíster. Para mí el contacto directo con la muñeca es esencial para la experiencia, además, y precisamente para mejorar esta experiencia, incluimos algunos detalles como un DNI, tarjeta de control de crecimiento, un chupón real, pañales reales, le damos mucho valor agregado.

Imagino que también hay muchos adultos que los compran para ellos. ¿El factor coleccionismo es ya relevante para tu negocio?

Exactamente, te comentaba sobre la tarjeta de control de crecimiento y justo atrás incluimos un mini catálogo en donde se puede ver las otras muñecas de la colección, y los jugueteros nos comentan que llegan muchos adultos con el catálogo diciendo “me falta esta muñeca ¿Dónde la puedo conseguir?” O en redes sociales también jóvenes y adultos nos envían fotos con sus muñecas y constantemente están preguntando por tal o cual lanzamiento. Para nosotros es bárbaro, sin duda ya es un mercado relevante para nosotros.

Los bebotes de Casita de Muñecas, destacan por su modelado realista

¿Cómo podemos comprar una de tus muñecas? ¿Tienes pensado importar a otros países?

En Argentina tenemos distribución en todo el país, nos encuentras en todas las jugueterías y casas de bebés, también nos pueden encontrar en nuestra página web www.casitademunecas.com y en nuestras redes sociales pueden ver información de nuestro trabajo y también adquirir las muñecas.

En breve estoy viajando a Ecuador y Perú como misión comercial para ver la posibilidad de importar nuestras muñecas a estos países.

Para terminar, dime ¿Cuál fue el juguete más querido en tu niñez o el que más recuerdas?

Es una buena pregunta… me gustaba mucho jugar con soldaditos, me pasaba horas y horas jugando, formando ejércitos y con una bolita creaba mis batallas imaginarias, eran otras épocas en las que el juego no estaba tan dominado por la tecnología como ahora.

Valoro mucho el juego en el que la imaginación tenga un papel fundamental, de hecho ese es el motivo por el cual nuestros bebotes no incluyen dispositivos tecnológicos, para que los nenes jueguen y desarrollen su imaginación, el juego simbólico es muy importante para el desarrollo cognitivo de los chicos, no hay que perderlo.

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