Como informamos en una nota anterior, parte de la celebración del 60° Aniversario de Barbie contempla el lanzamiento de una serie limitada de muñecas inspiradas en mujeres reales que destacan por sus logros en diversos ámbitos como la cultura, la ciencia, el deporte o el activismo social, convirtiéndose así, en modelos positivos a seguir por las niñas. Para este propósito fueron elegidas 20 mujeres de 18 nacionalidades distintas y, por supuesto, el Perú no podía estar ausente.
Inspiración peruana
Aunque Mariana Costa Checa reconoce en una publicación del portal medium.com que para ella fue una sorpresa el enterarse de esta elección, para nosotros no lo fue; ella es una joven emprendedora fundadora y CEO de Laboratoria, un emprendimiento que tiene como motor principal el ayudar a jóvenes mujeres a ingresar al mundo del desarrollo web y al mercado laboral. Su modelo de negocio inclusivo está transformando el sector tecnológico en América Latina y su trabajo ha sido reconocido por varios medios e instituciones internacionales; incluso la BBC de Londres la incluyó en su lista de mujeres más influyentes del 2016 y ha sido partícipe de fórums donde compartió su experiencia al lado del entonces presidente de los Estados Unidos, Barack Obama y de Mark Zuckerberg, el fundador de Facebook.
Luego de un periodo de reflexión y consulta, decidió aceptar la invitación “nunca me sentí particularmente cautivada por esta muñeca. Lo que más recuerdo eran sus cinturas diminutas: siempre desconfié un poco de cómo se verían esos cuerpos esbeltos en la vida real” dice en una comunicación pública en la que reflexiona y cuenta a sus seguidores como fue el proceso de aceptación de la distinción.
“Finalmente decidí que si tengo la inmensa fortuna de contribuir a que las niñas tengan referentes más reales, que les reafirmen que el mundo está ahí para que lo conquisten, es un honor poder hacerlo” concluye.
Es así que Mariana ahora es parte de una élite, una que comparte con la surfista brasileña Maya Gabeira, con la montañista Karla Wheelock y la artista Frida Kahlo, ambas de México. Es una distinción que va más allá del plástico, es una que es fuente de inspiración y que estimula a miles de niñas a cumplir sus sueños por más difíciles que parezcan.
