El impacto del Coronavirus en la industria del juguete en Latinoamérica y el Mundo
El 2020 ya pintaba como un año lleno de desafíos para la industria del juguete; el cambio a materiales que reemplacen al plástico, el proceso de mudanza de centros de producción a otros países y un catálogo menor de estrenos de películas y series, en comparación al 2019, presagiaban un año lleno de dificultades, pero también de posibilidades para poder cumplir algunas de las metas propuestas. Sin embargo, cuando en los primeros días de enero salieron a la luz los primeros informes de un misterioso virus que causaba estragos en China, más de un empresario del juguete debe de haber sentido al menos un leve escalofrío.
Se trataba del COVID-19, una nueva mutación del ya conocido Coronavirus, y que en poco más de dos meses ha logrado convertirse en una pandemia global. Al inicio del brote, China vio seriamente afectada su capacidad industrial debido al cierre de fábricas y centros de producción como parte de un paquete de fuertes medidas de “aislamiento social”, que hoy han demostrado ser el único camino efectivo a impedir la expansión del virus. Dada la enorme reducción de contagios diarios reportados, se puede decir que poco a poco el gigante asiático vuelve a girar los engranajes de su poderosa industria luego de la violenta frenada.
Las consecuencias han sido tremendas para el mercado del juguete en todo el mundo. Aunque las fábricas en China han recuperado parcialmente su capacidad operativa, la ruptura momentánea de la cadena de suministros ha generado retrasos en la distribución de algunos productos con fechas ya establecidas además de una creciente reducción de la demanda.
Las ferias y eventos de la industria del juguete también han sufrido cancelaciones y postergaciones. Aunque las principales ferias de principio de año se realizaron con éxito, fue innegable que ya existía un temor generado por el virus, lo que se tradujo en una reducción en la asistencia en la Feria Internacional del Juguete de Nürnberg (Spielwarenmesse) y en la misma Toy Fair de New York. Hoy por hoy, otro eventos importantes como La Toy Milano y la Licensing Expo han sido suspendidas y han dejado pendiente su reprogramación; en el caso de la E3 (el mayor evento de la industria del videojuego) su cancelación ha sido definitiva y aún evalúan una opción de organizar algún tipo de “escaparate online” para no dejar en “el aire” a los expositores y fans.
Lo mismo sucede con la industria del entretenimiento, que ha tenido que posponer o reprogramar filmaciones y estrenos con líneas de juguetes conectadas; las salas de cine han sido una de las principales afectadas como efecto lógico de las medidas de prevención adoptadas, quedando como única opción el entretenimiento en casa con plataformas como Youtube o Netflix quienes con seguridad ya han sentido el incremento en horas de consumo. Quizás el ejemplo más palpable es el de la película live action Mulán de Disney, que ha tenido que detener su proyección mundial, pero cuya línea de juguete ya está en venta y probablemente casi nadie compre.
Pero la crisis sanitaria aún está lejos de acabar, el virus sigue causando problemas en el mundo. Asia es por ahora el continente más afectado, seguido de Europa; Norteamérica muestra un número considerable y creciente de contagios; mientras que Latinoamérica se encuentran en una etapa inicial de la crisis dado que recién en los primeros días del mes de marzo se detectaron los primeros casos confirmados en varios países de la región, a pesar de eso y como una medida aplaudible, varios gobiernos han decretado medidas excepcionales de aislamiento social.
Por ahora la zona cero parece haberse trasladado desde los centros de producción en Asia hacia las oficinas comerciales en los Estados Unidos, Europa y Latinoamérica. El cierre de las oficinas de Hasbro en todo el mundo es un ejemplo, le han seguido Mattel, Moose Toys, Jazwares, Super7, Zuru, Entertainment One, entre otras, quienes han acondicionado a su personal para trabajar de forma remota desde sus hogares.
En Latinoamérica, como dijimos, el asunto recién comienza, por lo que aún es pronto para tener una idea clara de lo que podrá suceder realmente con el mercado del juguete, sobre todo en dos hechos puntuales; el retraso en los lanzamientos de juguetes y el alejamiento del público a experiencias inmersivas como activaciones y estrenos.
Sobre estas dudas planteadas obtuvimos la opinión de dos expertos en el campo de los juguetes y las licencias.
Para Daniel Dimare, Director de Marketing de la empresa argentina, Juguetes Rasti y editor de la revista especializada Juguetes y Negocios, aún hay muchas incógnitas para determinar el impacto del coronavirus en la cadena de suministros en la región “Justo cuando las fábricas en China volvían a funcionar y parecía que los productos comenzaban a fluir, los grandes países consumidores (USA y Europa) redujeron su demanda. Con estas convulsiones, las fábricas chinas no llegarán a abastecer en tiempo y forma a nuestros países de la región, creo que todo se normalizaría a partir de Octubre.”
“A nivel canales, considero que habrá una caída de ventas en general y en particular, en las tiendas tradicionales que cederán ante las ventas on line. Cada juguetería tendrá, más que nunca, que desarrollar su ecommerce para esta nueva necesidad del comprador que no quiere recorrer jugueterías buscando determinados productos con poca disponibilidad.”
“Creo que lo más grave en el futuro previsible y en los próximos meses, será la caída del tráfico peatonal a las jugueterías, shoppings y supermercados y eso es una gran preocupación para las marcas de juguetes. Lamentablemente con el aislamiento actual no hay ánimo para activaciones de marcas y nos limitaremos a experiencias digitales que no tienen el mismo impacto” concluyó
En el campo de las licencias y representaciones de marcas de entretenimiento, obtuvimos la opinión de Rocio Talavera, Brand Manager en Perú de Agosin Licensing quienes representan en Latinoamérica a marcas como Nickelodeon y Playstation. Ella, a pesar de reconocer el evidente impacto, mantiene una visión optimista de la situación, ya que espera una recuperación en base a reprogramaciones de estrenos.
“Creemos que si habrá un impacto que aún no podemos medir, pero será leve… tenemos un espíritu optimista sobre lo que va a pasar durante el año, sobre todo luego de estos 15 días de cuarentena que nos toca vivir, en donde demostraremos que somos un país responsable y solidario. Definitivamente habrá eventos y estrenos que puedan reprogramarse dentro del año y otros que serán postergados.”
“Creo que este cambio radical será momentáneo, estamos frente a una situación que definitivamente impactará en el primer semestre, no sabemos en que proporción aún… pero con las medidas que están adoptando los gobiernos creemos que hacia mitad de año se reestablecerá gradualmente la situación, y a nosotros las agencias nos tocará evaluar con mucha precaución, si será oportuno retomar activaciones o eventos que congreguen gran cantidad de personas, el panorama en este momento es incierto.”
Así vistas las cosas, y aunque las circunstancias sean complejas, se puede mantener una cuota de optimismo en una situación que cambia a cada hora y en la que es muy difícil predecir con seguridad el comportamiento del mercado. El momento nos pone a prueba como sociedad y como industria; la responsabilidad, la empatía y la solidaridad son vitales para enfrentar el problema, pero además la creatividad debe de manifestarse para crear nuevas formas de llegar al público consumidor, ya que detenerse no es una opción. Este trago amargo pasará…¡Que estén bien!