Hace 19 años irrumpieron en el mercado de las muñecas haciendo tambalear a la, hasta ese entonces, todopoderosa Barbie. Estas muñecas con cabeza desproporcionada, pies enormes, labios abultados y ojos un tanto separados, pero con un estilo fresco y moderno, lograron capturar las preferencias de niñas y niños a principios de siglo XXI y cambiaron para siempre el concepto de la fabricación de muñecas.
La historia comienza en 1998 con un momento de inspiración de Carter Bryant, en ese entonces diseñador de vestuario de Mattel para la muñeca Barbie precisamente. Sentado en una banca de un parque público vio pasar un grupo de 4 chicas adolescentes, cada uno con un estilo propio al vestir pero igual de desenfadado, mientras tanto sonaba una canción del grupo juvenil Dixie Chicks, inmediatamente comenzó a bocetear lo que serían las 4 muñecas Bratz originales.
Para 1999, Carter Bryant ya tenía el diseño completo de las Bratz y su primera opción fue presentarlo a sus empleadores de Mattel, los mismos que lo rechazaron por considerarlos que no concordaban ni por asomo con el estilo más “formal” de sus muñecas. Pero a pesar de este rechazo, Bryant no cejó y buscó otras oportunidades; esta llegó en el 2000 cuando acordó una entrevista con Issac Larian, el fundador y CEO de MGA Entertainment, la entrevista no inició como lo esperaba ya que sus muñecas recibieron el calificativo de “horrendas” por parte de Larian… pero no todo estaba perdido; en un increíble giro de los hechos, entró a tallar, Jazmine, la hija pequeña de Larian, quien se encontraba en la oficina y al ver los diseños se quedó “encantada” de ellos. Obviamente el CEO de MGA reconsideró su impresión inicial, vio el enorme potencial de las muñecas y les dio la oportunidad esperada. Luego de esta entrevista fue que una de las muñecas recibió el nombre de Yasmin en honor a la pequeña que salvó todo el proyecto.
Hasta este punto, otro hecho resaltante es que, así como la historia de las Bratz iniciaba, también lo hacía el terrible conflicto legal que llevaría a Mattel y a MGA Entertainment a una secuencia de demandas y contrademandas que a la larga perjudicarían de alguna manera el normal desempeño en el mercado de las muñecas. Lo cierto es que mientras Bryant presentaba sus bocetos a MGA él aún pertenecía a Mattel lo que aparentemente causaba un conflicto de intereses. Posteriormente se sumaría a esta lluvia de demandas, la del diseñador de zapatos, Steve Madden, que acusaría a Bryant de haberle robado el diseño de las muñecas de una campaña publicitaria en donde las modelos también eran presentadas con cabezas y pies desproporcionados.
El 2001 fue el año en que las Bratz salieron al mercado, sus cuatros personajes; la rubia Cloe; la latina Yasmin; la afroamericana Sasha y la asiática Jade, irrumpieron en un mercado que estaba acostumbrado a ver un estilo de muñecas acartonadas al estilo de “princesas”. Las Bratz eran diferentes, eran rebeldes y sobre todo… representaban a 4 grupos étnicos distintos.
Entre el 2001 y el 2008 las Bratz dominaron el mercado de muñecas, cada línea lanzada era todo un logro de innovación, atrevimiento y por supuesto de polémica. Mattel sintió el golpe y contraataco, no solo en los tribunales sino también en el mercado con una nueva línea de muñecas llamada “My Scene”, que usaba todo los recursos creativos de las Bratz pero en una muñeca de proporciones más realistas; y sí, fue exitosa…pero nunca a los niveles estratosféricos de las Bratz.
El éxito comercial era acompañado del reconocimiento de la industria, ganando premios importantes como Juguete del Año por elección popular de la Toy Industry Association (2001), y el Mejor Juguete Femenino del año, también de la Toy Industry Association (2003).
Y mientras la popularidad de ellas crecía también lo hacían los problemas legales, lo que de alguna manera nos dejó con un sin sabor por ver hasta donde hubieran podido llegar estas muñequitas sin estos problemas a cuestas. Los retiros de mercadería y proyectos cancelados por las demandas le pusieron vallas cada vez más altas que terminaron por darle una intermitencia a la marca, lo que lamentablemente le fue quitando posición en el mercado.
Nos queda, sin embargo, la satisfacción de haber presenciado como, en este corto tiempo, las Bratz se dieron la maña de poner de cabeza al mercado de los juguetes. La audacia ha sido un distintivo de la marca así como de la compañía, MGA Entertainment, es por eso que cada colección lanzada al mercado dejó una huella imborrable en los pequeños y en los fans que hasta el día de hoy buscan con ávides cada una de las figuras. Quedan en la memoria colecciones tan fascinantes como Bratz Grils Nite Out (en la que usaron pestañas reales y una gran variedad de accesorios); Bratz World (que internacionalizó definitivamente a las muñecas); Bratz Welcome to Fabulous Las Vegas (que causó gran polémica ya que las muñecas tenían ¡tatuajes! pero que luego fueron cambiados por piercings) y Flashback Fever (la línea más vendida en la historia de las muñecas y que fue todo un homenaje a la moda retro de los ´70).
Las Bratz han intentado de muchas maneras su vuelta al mercado, incluso con cambios de diseño de por medio, pero hasta el momento no han vuelto a repetir el éxito de los años iniciales; quizás un poco más cerca estuvieron en el 2012 cuando MGA lanzó las Bratzillaz, las “primas” de las Bratz , pero incluso este éxito palidece ante el de las originales.
Muchas cosas han cambiado desde entonces, su estilo peculiar y “fashionista” se convirtió casi en una regla para otras líneas de muñecas exitosas y los problemas legales entre Mattel y MGA Entertainment ya no parecen ser un obstáculo para un retorno más auspicioso, no dudamos que en algún momento encuentren la nueva fórmula que se los permita.
