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Pet Rock, una absurda genialidad comercial


Si alguna vez alguien se ha visto mejor identificado con la frase “es capaz de vender hasta piedras” ese fue Gary Dahl, publicista de profesión y creador de uno de los juguetes coleccionables más extraños y exitosos que se recuerden, y que precisamente nos viene a la mente por celebrarse el pasado 6 de septiembre el “día del Pet Rock”, su producto estrella.

Era el año de 1975 Y Gary pasaba el rato en un bar tomando unas cervezas cuando escuchó una conversación entre unos amigos que se quejaban de lo complicado que era cuidar a una mascota en casa y de lo conveniente que sería tener una piedra de mascota en vez de un perro o un gato; el único que vio el potencial de la idea fue él y se metió de lleno a crear un producto basado en una simple piedra con forma de huevo y que fuera adoptada como una mascota. El atractivo del producto y el mayor costo de producción se centraban en su empaque, similar a una caja que podría contener a una mascota viva, con agujeros para que respire y un nido de paja en su interior, esto sumado al manual 32 páginas de “cuidado y entrenamiento” con el que se le podía “enseñar” a la dichosa piedrita trucos como sentarse o acostarse (?). Nacía el Pet Rock.

Gary Dahl vende su Pet Rock número 1´000,000

Pese a lo increíble que puede sonar esto, las ventas de su Pet Rock en Navidad de ese mismo año superaron el millón y medio de packs, convirtiendo a Dahl en millonario de la noche a la mañana. El secreto de su éxito radicó en crear una excelente campaña de marketing que generó la credibilidad necesaria para gatillar la necesidad en el consumidor compulsivo, sobre todo joven,  a comprar  incluso por 4 dólares (18 dólares actuales) una piedra, que según se decía en esos días, fue recolectada en la playa de Rosarito en México, aunque de eso tampoco existiera nada que lo certifique. Nada mal para un producto cuyo costo de producción no superaba los 15 centavos de dólar.

El éxito fue tan contundente como pasajero, el fenómeno solo duró unos 6 meses, pasados los cuales el interés y las ventas cayeron en picada. No se puede decir que el público de repente se dio cuenta de que se trataba de un engaño, en realidad todos sabían que lo que compraban era una simple e insípida piedra; fue en realidad una moda pasajera como las tantas que han adoptado y seguirán adoptando los jóvenes, y estas, difundidas, ya sea por el boca a boca o por la velocidad de la internet, son en realidad un signo de nuestra sociedad.

 “A veces me pregunto si mi vida hubiera sido más fácil si no hubiera inventado las Pet Rock

Gary Dahl

Dahl formó su compañía Rock Bottom Productions con la intensión de prolongar el éxito de su piedra mascota, trabajó con licenciatarios para vender accesorios para “engreír” a la mascota, pero no tuvieron el mismo éxito y al final el Pet Rock desapareció, aunque no definitivamente, incluso hoy en día se siguen vendiendo por USD$ 20 pero con la licencia en manos de Rosebud Entertainment y, obviamente, con muchísimo menos ventas que la original.

Gary Gahl murió el 23 de marzo del 2015 dejando varias lecciones sobre estrategias de marketing para vender absolutamente cualquier idea y allanó el camino para los posteriores juguetes mascotas -léase Tamagotchi- que tomaron el mundo del juguete años después. Al final de su vida se mostró algo decepcionado de su producto, no por el éxito comercial, sino más bien por los múltiples problemas que le causaron algunos acosadores, quienes lo hostigaron por mucho tiempo con absurdas demandas por estafa, tan absurdas como el mismo Pet Rock.

 

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