La evolución del retail de juguete en el Perú: de los fabricantes locales a las grandes cadenas
La historia del retail de juguetes en el Perú es una travesía fascinante de adaptación, cambios y resiliencia. Desde la época dorada de los fabricantes locales hasta la llegada de grandes cadenas y la internacionalización del mercado, el país ha vivido profundas transformaciones que reflejan cómo evolucionaron los hábitos de consumo y las preferencias culturales de varias generaciones. Hoy te invitamos a recorrer algunos de los momentos más representativos de esta historia, aunque, claro, no podremos mencionar a todos los protagonistas.
Décadas de 1970 y 1980: el apogeo de los fabricantes locales
Hubo un tiempo en que el corazón del mundo juguetero peruano latía en las fábricas nacionales. Empresas como BASA, HUDE y FIORI moldearon la imaginación de millones de niños.
BASA, con sus emblemáticas muñecas, se convirtió en sinónimo de infancia. HUDE y FIORI ofrecían desde rompecabezas hasta juguetes didácticos que hoy despiertan la nostalgia de toda una generación.
Sin embargo, el retail especializado aún era incipiente. La mayoría de las ventas se realizaba a través de pequeñas tiendas locales, ferias escolares y papelerías, abastecidas por distribuidores que recorrían el país tomando pedidos. Las tiendas por departamento, como Oechsle o Hogar, tenían secciones de juguetes, pero estas aparecían principalmente durante la campaña navideña.
La venta por catálogo era otra vía popular, especialmente en zonas rurales. Muchas familias planificaban sus compras navideñas con meses de anticipación, accediendo a los juguetes mediante pagos en cuotas. Y como hasta hoy, la gran mayoría de las ventas de juguetes se concentraba entre octubre y diciembre.
La publicidad era tradicional: comerciales televisivos, vitrinas simples y catálogos impresos. El branding se enfocaba más en las tiendas que en los consumidores finales. Era una época donde los fabricantes eran los verdaderos protagonistas del ecosistema juguetero.
Décadas de 1990 y 2000: el surgimiento de nuevas propuestas
Durante los años noventa, el mercado peruano comenzó a abrirse a nuevas experiencias de retail. Aunque el país no desarrolló cadenas jugueteras especializadas al nivel de otros países de la región, sí hubo iniciativas interesantes.
Un ejemplo fue el ingreso de la cadena salvadoreña Juguetón, que, aunque tuvo una breve presencia en Perú, impulsó una forma diferente de entender la venta especializada de juguetes.
Además, surgieron propuestas locales como Toy Park y Toy Center.
Toy Center es especialmente recordada por su expansión inicial: llegó a contar con tres tiendas propias y secciones especializadas en las tiendas de ACE Home Center. Inicialmente ingresó al mercado en el año 2000 bajo el nombre de “M Juguetería”, pero debido a un conflicto de marca con “La Juguetería” de Wong, tuvo que cambiar su nombre a Toy Center en 2002.
Ese mismo año, a pesar de haber tenido su peor campaña en 2000 —cuando se vieron obligados a vender a precio de costo su mercadería a Wong—, Toy Center logró un repunte, aumentando sus ventas en casi un 8% respecto al año anterior.
Sin embargo, actuar como importadores directos y vendedores finales les complicó la operación comercial. El modelo no resultó sostenible, y finalmente, Toy Center cerró sus puertas en 2004.
Supermercados como Wong y Metro también innovaron creando áreas específicas para juguetes, como “La Juguetería”, espacios temáticos que ofrecían una experiencia más amigable para los niños y sus familias.
Así, el retail empezó a evolucionar hacia formatos más organizados y especializados, aunque aún enfrentando muchos desafíos propios del mercado peruano.
Años 2000 en adelante: globalización y especialización
Con la globalización, marcas internacionales como Mattel, Hasbro y LEGO comenzaron a tener una presencia más activa en el país. El ingreso de estas compañías trajo consigo campañas de marketing masivas y una oferta mucho más diversa, obligando a los comercios locales a modernizar su portafolio.
Aunque Perú todavía no cuenta con tiendas oficiales de LEGO, el interés y consumo de sus productos ha crecido notablemente.
Supermercados como Wong fortalecieron aún más su apuesta con iniciativas como “Wongderland”, una plataforma de entretenimiento y educación digital para niños con personajes propios que también tienen presencia física en sus tiendas.
Por otro lado, la cadena peruana Tai Loy, tradicionalmente enfocada en útiles escolares, amplió su portafolio para incluir juguetes, figuras coleccionables, cómics y accesorios gamer, abriendo así su mercado a un público más amplio, desde niños hasta coleccionistas adultos.
2025: la llegada de Toys “R” Us
Un hito reciente fue el anuncio, en 2025, del ingreso de Toys “R” Us a Perú mediante una alianza estratégica con Ripley.
Este movimiento introduce el modelo “shop-in-shop” y refuerza la presencia del e-commerce en el sector juguetero peruano, anticipando cambios significativos en las expectativas y comportamientos de los consumidores.
La llegada de una marca emblemática como Toys “R” Us podría impulsar a los actores locales a innovar aún más, mejorando la experiencia de compra y diversificando la oferta de juguetes en el país.
Perspectivas futuras
El retail de juguetes en el Perú se enfrenta hoy a un panorama dinámico. La combinación de tradición y modernidad, de nostalgia y tecnología, ofrece un abanico de oportunidades tanto para grandes cadenas como para pequeños emprendimientos.
La digitalización, la venta online, las experiencias personalizadas en tienda y la incorporación de nuevas tecnologías como la realidad aumentada y programas de fidelización marcarán el rumbo de la industria en los próximos años.
Lo que no cambiará es la esencia del juguete: su capacidad de despertar sonrisas, imaginación y sueños en niños y adultos por igual.
